Columba 2019
Sin duda, Columbia encierra toda la algarabía de los viñedos más tradicionales en un vino singular y chispeante. Las uvas de Columba proceden de un territorio propio, casi un patrimonio intocable: los viñedos que rodean a la bodega y, en concreto, de un viñedo de cepas vetustas de palomino ubicado en “A Cachola de San Fiz”. De ahí esa determinación, esa vibración de la tierra única, que guarda los suspiros de una estirpe de vid irredenta y orgullosa.
El vino Columba encierra una combinación plurivarietal de sabores: Palomino 90%, godello 9% y albariño 1%. Si bien, a primera vista, los porcentajes se presentan poco equilibrados, ¡que el consumidor no se lleve a engaño! Columba muestra una personalidad muy completa y compleja. El palomino de cepas viejas le aporta estructura y es su faceta dominante; pero, por momentos, toman protagonismo esas chispas de frescor y atractivo propios del godello y el albariño. Al igual que sucede en la naturaleza local los rayos del sol reflejados en las aguas del Sil brillan en todo su esplendor y embellecen la estructura acuática. La vendimia es manual y tras una cuidada selección, las uvas se despalillan y maceran una noche con sus hollejos, para, finalmente, pasar en limpio al depósito de inox donde se producirá su fermentación. Tras el desfangado, se trasvasa a otro depósito, en el cual la gravedad y la paciencia realizarán la magia de su decantación. La producción de Columba es muy selecta: sólo 1000 botellas numeradas.
A la vista
Columba presenta un color amarillo pajizo con reflejos verdosos. Un color brillante y vibrante a partes iguales, quizás porque la moura Columba ha dorado las uvas con su magia.
En nariz
Franco, frutal, fruta blanca de pepita con predominio del aroma cautivador de la pera, sazonado por el olor floral y mineral de las hierbas aromáticas.
En boca
Ataque fresco, con cierto volumen, vertical, acidez correcta. Postgusto frutal.
Maridaje
La temperatura idónea para degustar Columba en todos sus matices es 11 – 12 ºC. Es un vino ideal para disfrutar sin complicaciones, como acompañante de un picoteo espontáneo, una tabla o sencillamente para tomarlo solo.
Finca Scintilla
Finca Scintilla se concibe como un proyecto familiar que nace con la intención de preservar y divulgar aquello que nos han legado nuestros ancestros (y algunos dioses del Olimpo, como Baco y Gea): un paisaje, una tradición y una cultura. Todo ello se concentra en una máxima impuesta por el abuelo de Óscar Rodríguez, que se proyecta en el saber hacer de Finca Scintilla: «Non se arrinca nin unha cepa»(no se arranca ni una cepa). Jamás. Porque cada cepa contiene la promesa de un brindis sublime y apasionado con la vida.
El proyecto Scintilla va más allá de la mera elaboración de vinos con identidad propia. Nos gusta considerarnos como guardianes de un legado cultural único vinculado a este terruño sacro. Así, Finca Scintilla se revela como espacio donde la cultura, formación y divulgación tienen su casa Prueba de ello supone el acuerdo firmado con la USC para ofrecer a los alumnos del máster de vitivinicultura un entorno donde poner en práctica los conocimientos adquiridos. Además de consagrarse como un lugar que acoge eventos musicales y exposiciones artísticas diversas. Con respecto a nuestro afán divulgativo, Finca Scintilla se esmera en ofrecer actividades de enoturismo, donde el visitante deja de ser un simple espectador para sumergirse de lleno en la tradición vitivinícola de la zona. Finca Scintilla es una chispa de ilusión que prende en todo aquel que se siente atraído por la autenticidad y la viticultura de esta tierra sagrada y abundante en vides prodigiosas que el Dios Baco legó al pueblo gallego.
Columba es para ti si…
Al escuchar “la increíble historia del hombre que podría volar pero no sabía cómo” te imaginas a Bowie flotando.